Aunque como dice el refrán; el tejado es lo último en construirse de una casa, no es lo menos importante. Junto con la teja de alfarería y la de cemento coexisten en la actualidad una gran variedad de tejas y tipos de cubiertas:

  1. Tejas plásticas: Las hay traslúcidas, lo que aportan mucha luminosidad. Suelen ser de materiales reciclados, además de ser reciclables y resistentes a la lluvia, el granizo o la nieve así como al paso del tiempo.
  2. Tejas solares: por un lado consiguen una gran protección de las inclemencias meteorológicas (agua, aire…), pero además consiguen generar energía eléctrica para el consumo propio gracias a unas placas solares acopladas en las mismas tejas. Sin lugar a dudas la principal ventaja de las tejas solares, frente a las placas solares es la integración arquitectónica y estética en la vivienda.
  3. Cubiertas ajardinadas: son aquellas que albergan especies vegetales que precisan un nulo o mínimo mantenimiento.
  4. Cubiertas microventiladas de teja cerámica. Éstas se caracterizan por la sustitución de las pastas o morteros para su fijación por clavos, tornillos, clips, grapas etc., lo que permite el flujo del aire entre la teja y amortigua los cambios de temperatura además de mejorar el comportamiento térmico de la cubierta.
  5. Tejas planas: son tejas de hormigón que debido a su forma plana y flexibilidad aportan grandes posibilidades para el diseño de cubiertas inclinadas. Las hay que garantizan una mejor protección contra la polución, el musgo, los rayos UV y los fenómenos atmosféricos adversos.

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